LO QUE DEBES SABER...
- Promover la autonomía en los niños se basa en inculcar o educar en hábitos de independencia en el día a día.
- Un primer paso podría ser la elección de la ropa o los accesorios del peinado, el comer solito o bien que se duchen prácticamente solos.
- Se debe premiar el esfuerzo y no el resultado, acompañando con cariño los pequeños “errores”.
En general la sobreprotección de los hijos para
evitarles sufrimientos no debería impedir dar ese margen
de confianza a los más pequeños para que se enfrenten a
las dificultades del día a día, desde comer solo en el
bebé hasta se lave los dientes solitos un niño de tres
años. Cada cosa a su momento y un momento para cada
cosa. Quizás ese sería el lema para fomentar la
autonomía: a cada edad una tarea que el niño
pueda asumir sin excesivas frustraciones y llenar esos
momentos de independencia con paciencia, sin
prisas.
Las prisas juegan malas pasadas, otras
veces los propios miedos de los papás privan a los niños
de experimentar o enfrentarse a situaciones nuevas o de
mayor dificultad. Dar oportunidades educa, fortalece,
aumenta la autoestima y estimula su creatividad y su
desarrollo intelectual.
La autonomía y los hábitos
Promover la autonomía en los niños se basa en inculcar o
educar en hábitos de independencia en el día a
día. Estos hábitos no son más que pequeñas
tareas que los más pequeños pueden hacer por sí solos y,
están relacionadas, con su higiene, el vestido, el orden
o la alimentación. Un hábito es algo que se repite, que
ordena el tiempo y la vida del niño, fomenta su
seguridad y, si él es el responsable, le da una cierta
sensación de control y de decisión que lo incentiva para
seguir aprendiendo a ser autónomo.
Un primer paso podría ser la elección de la ropa o los
accesorios del peinado, el comer solito o bien que se
duchen prácticamente solos bajo la supervisión del
adulto, por supuesto. No se puede pretender que lo hagan
bien a la primera: se pondrá ropa del revés, se manchará
comiendo o bien no se aclarará bien el champú… ¡No
importa! Si le se le ofrece esas oportunidades, cada vez
lo hará mejor. Al principio lo importante no es que lo
hagan bien o mal sino que disfruten de la seguridad y el
orgullo de hacerlo solos. Se debe premiar el esfuerzo
y no el resultado, acompañando con cariño los
pequeños “errores” cometidos con frases como: “Lo has
hecho excelente, déjame que te ayude a quitarte este
poquito de jabón” “Qué bien has comido, ¿quieres que te
de la última cucharada de sopa?” “¡Estás preciosa! Solo
falta un detalle… este botoncito”.
Puntos clave
1.- Promover la autoestima
2.- Respetar los tiempos
de aprendizaje
3.- Respetar el proceso madurativo
del niño
4.- Evitar el uso de etiquetas
5.-
Aceptar el error como parte del proceso de
aprendizaje
6.- Reconocer el esfuerzo
7.-
Felicitar los logros
8.- Motivar pero no
frustrar
9.- Darse tiempo y tener paciencia
10.- Promover las rutinas
LA OPINIÓN DEL ESPECIALISTA
Para ayudarnos y aportarnos consejos e información a
medida que nuestros hijos crecen, es importante contar
con un pediatra cerca. En algunos momentos también puede
ser de ayuda la opinión de un psicólogo. Con MAPFRE
tenemos ambos servicios cubiertos, ya que ofrece el
Servicio de Orientación Médica
Pediátrica y de Orientación Psicológica,
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